¡No puede ser! (Florencia)

Detalle de la Puerta del Batisterio
En abril de 2011 una pareja amiga, de Brasil, le escribió a una amiga común -que vive en Cádiz- contándole su deseo de viajar por Italia con ella. Así que organizamos un hermoso paseo en coche, desde Roma, pasando por la Umbria, la Toscana, el Véneto... y terminado en Milán, con la intención de disfrutar y empaparnos de todas las bellezas del recorrido: arquitectura, pintura, escultura, paisajes, lagos, pequeños pueblos, grandes ciudades... Pero, sobre todo, queríamos encontrarnos cinco amigos, despues de tiempo sin vernos y viajar juntos.
Y sucedió en Florencia... qué mejor sitio para las sorpresas...
"¡¡No puede seeeer!!". Sonó justo detrás de mi oreja derecha. Bien fuerte, mientras preguntaba cuándo abrían el Batisterio. "Una española loca", pensé.
Me volví para ver quién había sido y... no me lo creía. Allí, en Florencia, en la puerta del Batisterio, se encontraba mi amiga Chus, de Canarias, mirándome fijamente. Había sido ella quien al verme no pudo aguantar el grito de "asombro". Nos abrazamos y reímos por aquel inesperado encuentro tan lejos de nuestras casas. Y la sorpresa fue mayor cuando me contó que venía con dos amigas que conocía Cecilia -de Londres- y Carmen -de Madrid- con la que había viajado a Siria en el 2007. Cuando le dije con quién estaba yo, su sorpresa fue mayor, si cabe. Chus, es expresiva, extrovertida, y su mirada con los ojos como platos denotada la alegría y la incredulidad del encuentro..., pues ¡todos nos conocíamos!.  

Por un buen rato se diluyeron la ganas de entrar en el Batisterio, visitar el Duomo, pasear por la Piazza della Signoria... Allí estábamos 8 amigos de diversas partes del mundo que nos habíamos encontrado en Florencia, en la puerta del Batisterio. ¡Increible! 
¡Qué de circunstancias se debieron dar para que esto sucediera! Fueron momentos de sorpresa, alegría, preguntas, explicaciones, fotos, intercambio de información... ¿Cuándo habéis llegado? ¿A dónde váis? ¿Cómo es que venís juntos?. ¿Y tu qué haces aquí?...
Por la noche, para celebrar el encuentro, cenamos en un precioso restaurante, como merecía la ocasión. Al terminar nos despedimos deseándonos lo mejor y proseguimos nuestro viaje por una Italia cálida, verde y bella... y el recuerdo de un bonito e inesperado encuentro.

1 comentario:

Jesu dijo...

Me acabo de dar cuenta de que tengo un amigo que podría dedicarse a la escritura y no le haría sombra nadie, sobre todo contando sus verdades y su vivencias.
Mucho ánimo y suerte para este nuevo blog.
Jesús, el Chuchi