GENTES Y TIERRAS
Bienvenid@s a esta bitácora de viajes y a las historias, realidades, ensoñaciones y cuentos que me acontecieron cuando visité otras tierras y me relacioné con otras gentes
Alepo (Siria)
Hoy he buscado en el ordenador fotos del viaje a
Siria. Al verlas me embargó una amarga sensación de tristeza que no paliaba
el recuerdo de quienes fuimos a ese viaje, ni los maravillosos
paisajes de Palmira, ni las hermosas mezquitas y monumentos de las ciudades que
visitamos.
Me preguntaba que habría sido de la gente que
conocimos, de nuestro guía, de un amigo que se fue a vivir a Damasco... Sólo hay incertidumbre.
Me detuve en las fotos de Alepo, una hermosa ciudad presidida por
una imponente y extraordinaria fortaleza del tiempo de los Templarios.
He seguido las noticias desde que empezó la guerra en
Siria, y he visto imágenes de esta ciudad, ahora destruida. Un montón de piedras,
ruina por todas partes, gente vagando entre escombros. Por más que intento
compenderlo no me entra en la cabeza que aquellos lugares por los que paseé,
disfruté y me llenaron de asombro hayan sido pasto de la brutalidad de una
guerra sin cuartel. El régimen dictatorial que gobierna Siria no está dispuesto
a ceder aunque acabe con las gentes y los vestigios de una sociedad milenaria.
Quedamos en volver... pero, hoy por hoy, no nos queda ni la ilusión...
Luma
Todavía
no he conseguido enterarme si fue la polea de ventilación, la pérdida de líquido
refrigerador o el mal funcionamiento de
otro artilugio del coche, el causante de mi obligada parada en LUMA. Soy
especialista en sufrir averías en lugares inhóspitos.
Situado
en las estribaciones de la sierra que da entrada a la ciudad, el pueblo de LUMA
pasa desapercibido para el común de los viajeros. Ninguna guía lo nombra, pues
carece de hoteles, atracciones y comodidades propias del turismo de esta época.
La ley del intercambio y los monos ladrones de Bali.
El guía me advirtió que tuviera a
buen recaudo la cámara de fotos y cualquier otro objeto que pudiera llevar a la
vista de todos... y de los monos. La verdad es que no le hice mucho caso.
Aquel día nos dirigimos a Uluwatu, un precioso acantilado dominado
por un
Samarcanda
Dejarte llevar en tu paseo no es una pérdida de tiempo, porque
allí donde llegues siempre habrá algo que te sorprenderá y desearás que el
tiempo se detenga mientras imaginas historias de princesas y caballos
encantados, grandes guerreros y sabios mirando las estrellas.
Camino a Satevó (Batopilas - Chihuahua - México) (2 de 2)
Batopilas, el río y, bordeándolo el camino a Satevó |
Descenso a Batopilas (Chihuahua, México) (1 de 2)
No todo el mundo se atreve a bajar desde Creel a Batopilas. Son 140 kms y un mínimo de 6 horas en coche, para descender de los
2.300 mts de altura de Creel a los 500 mts, sobre el nivel del mar en que se
encuentra Batopilas. La atracción turística de este pueblo es llegar a él, la
belleza está en el camino, y para algunos como nosotros, acercarnos a Satevó para ver la iglesia de
tres cúpulas.
Masacre en la isla de la Paz. -Bali, 23:05h del 12-10-2002
Estábamos a punto de
acostarnos cuando oímos un ruido potente, breve y seco al que siguió una
vibración intensa y larga de las contraventanas de la habitación del hotel.
Todo muy raro. No se por qué se me ocurrió decirle a Carmen: "Han
explotado los depósitos de gas. La cocina ha volado". Nos extrañó que no
le siguieran voces u otros ruidos que pudieran confirmar tal suposición.
Todo volvió al
silencio de siempre. "Seguro que ha sido otro avión del próximo
aeropuerto, que se ha pasado de listo con la velocidad", concluimos antes
de dormir.
A la mañana siguiente fuimos a bañarnos a la playa del hotel, por el camino una empleada nos preguntó los nombres y la habitación que ocupábamos. Observamos que escribía un OK en nuestra casilla. Nos extrañó, porque nunca antes habíamos visto esa práctica, pero no le dimos mayor importancia.
A la mañana siguiente fuimos a bañarnos a la playa del hotel, por el camino una empleada nos preguntó los nombres y la habitación que ocupábamos. Observamos que escribía un OK en nuestra casilla. Nos extrañó, porque nunca antes habíamos visto esa práctica, pero no le dimos mayor importancia.
El día de la oración en El templo de Ubud. (Si quieres ampliar la foto, pincha en ella). |
¡No puede ser! (Florencia)
Detalle de la Puerta del Batisterio |
Y sucedió en Florencia... qué mejor sitio para las sorpresas...
"¡¡No puede seeeer!!". Sonó justo detrás de mi oreja derecha. Bien fuerte, mientras preguntaba cuándo abrían el Batisterio. "Una española loca", pensé.
Camino de Mhamid (Marruecos): "¿Cuál es tu problema?" ©
Nunca imaginamos que en Marruecos pudiera llover hasta tal
punto que los ríos se desbordasen. Así que esperamos en Chauen a que amainaran
las lluvias torrenciales de los últimos días. Por fin el clima nos brindó un
día despejado y pleno de sol, aunque bien frío, como corresponde al mes de
noviembre.
Convenimos reemprender, sin demora, nuestro camino para llegar
a Mhamid, mil doscientos kilómetros al sur. Elegimos la ruta más larga, pero
también la más hermosa: bajar a Fez, dirigirnos al desierto por Erfoud, bordear
el Atlas hasta Ouarzazate y, desde allí, conducir hasta Mhamid por una sinuosa
carretera con sus correspondientes precipicios, pueblos de adobe mimetizados
con el paisaje, kasbas y los espléndidos oasis del Valle del Draä. Todo un lujo
para disfrutar. Seis días más tarde se celebraba el gran mercado del desierto y
no queríamos perder esta oportunidad por nada del mundo.
Ya en Fez, dedicamos la mañana a recorrer la Medina, que conocíamos de anteriores viajes. Cuando llegamos a Midelt comenzaba a oscurecer. Es un pueblo sin especiales atractivos turísticos, característica que nos permitía disfrutar del ambiente de una manera relajada, sin la presión de los “guías” ni el agobio de los grupos de turistas que habíamos padecido en Fez. En el
Suscribirse a:
Entradas (Atom)